Salud comunitaria confinada: Reflexiones y experiencias desde la salud pública local

2020 
espanolEste articulo pretende compartir las reflexiones sobre la accion comunitaria en que la Agencia de Salut Publica de Barcelona ha estado involucrada en la emergencia de COVID-19. El trabajo realizado puede ordenarse en tres etapas, frecuentemente solapadas: detectar necesidades o problemas, e informar; contactar con las personas participantes y agentes territoriales para valorar que hacer y como hacerlo; y adaptar las intervenciones a la “nueva normalidad” y generar respuestas con los activos comunitarios a las necesidades detectadas. Los problemas emergentes incluyeron: no poder realizar el confinamiento (por falta de casa, condiciones materiales, vivir en situacion de violencia); brecha digital (falta de conocimientos, dispositivos, acceso a Wifi); mayor exposicion al COVID-19 en los trabajos esenciales pero precarizados, feminizados y racializados (cuidados, limpieza, alimentacion), frecuentes en los barrios en que trabajamos; barreras idiomaticas y culturales para seguir las recomendaciones; perdida de empleo; ingresos insuficientes para cubrir necesidades basicas; dificultades de conciliacion; aislamiento social; y deterioro de la salud emocional provocado por la situacion. Durante el proceso, algunas intervenciones se adaptaron para continuar de forma telematica, y se intentaron cubrir las necesidades primarias sobre conocimientos y dispositivos de algunas personas participantes a traves de las redes solidarias y recursos existentes. La accion comunitaria en salud, desde una mirada critica, interseccional y local, mediante trabajo intersectorial y la participacion de la comunidad, puede contribuir a: facilitar una respuesta adaptada al contexto en caso de crisis sanitaria y mitigar los efectos derivados de esta crisis economica y social. EnglishThis paper aims to share the reflections related to the community actions in which the Agencia de Salut Publica de Barcelona has been involved during the emergency of COVID-19. The tasks carried out can be arranged in three stages, frequently overlapping: detection of needs and problems; contact with key stakeholders to assess what to do and how to do it; adaptation of the interventions to the “new normal” and generation of new responses. The emerging problems included: not being able to do the confinement (due to homelessness, material conditions, living in a situation of violence); digital gap (lack of knowledge, devices, access to Wifi); greater exposure to COVID-19 in the essential but precarious, feminized and racialized jobs (care, cleaning, food shops) that are the most frequent in the neighborhoods in where we work; language and cultural barriers that preclude to follow recommendations; to lose employment; insufficient income to cover basic needs; social isolation; and the deterioration of emotional health caused by the situation. During the process, some interventions were adapted to be delivered on-line. Solidarity networks and local resources were key to meet basic needs, but also other needs related to lack of digital knowledge or device. Community action in health, from a critical, intersectional and local perspective, and with intersectoral work and community participation, can contribute to: facilitate a contextualized response in the event of a health crisis; mitigate the effects derived from its economic and social crisis.
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