Alcance y límites de la prudencia como virtud intelectual

2015 
En la cuestion 57 de la Prima Secundae, cuestion dedicada a los habitos intelectuales, Santo Tomas comienza demostrando la naturaleza virtuosa de los mismos (art. 1). Despues presenta los habitos intelectuales especulativos —sabiduria, ciencia y entendimiento— (art. 2) y el habito intelectual practico del arte (art. 3). Los otros tres articulos que componen esta cuestion los dedica el Aquinate a la prudencia. En concreto, comienza por distinguirla del arte, recta ratio factibilium, donde importa la perfeccion de la obra exterior realizada —factio est actus transiens in exteriorem materiam— mientras que la prudencia se ocupa de la praxis, donde el acto permanece en el propio agente —agere autem est actus permanens in ipso agente— (art. 4). Es en el articulo quinto, dedicado ya en exclusiva a la prudencia, donde afirma que la prudencia es virtud maximamente necesaria para la vida humana mientras que el articulo sexto y ultimo de esta cuestion lo dedica Santo Tomas a las partes potenciales –eubulia, synesis, gnome— a las que dedicara tambien la cuestion 51 de la Secunda Secundae, en medio del tratado sobre la prudencia que se extiende desde la cuestion 48 a la 56. Por si solo, el espacio otorgado por Santo Tomas a la prudencia en el contexto del analisis de las virtudes intelectuales es ya indicativo de la trascendencia e importancia de esta virtud. El cuerpo del mencionado articulo quinto, al preguntarse acerca de la necesidad de la prudencia, co-
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