Adolescente con tortícolis refractaria

2007 
Caso clinico Varon de 11 anos y 11 meses de edad que consulta en el servicio de urgencias de nuestro hospital por presentar un cuadro de 11 dias de evolucion de torticolis, que comienza de forma brusca y sin traumatismo previo. El dia anterior al inicio de la sintomatologia presento diarrea y vomitos que fueron tratados con metoclopramida. Los ultimos 3 dias el nino referia cefalea. Habian acudido en multiples ocasiones al servicio de urgencias de otro hospital, donde fue valorado por pediatras y traumatologos; tambien habian consultado con fisioterapeutas e incluso, habian acudido a la medicina alternativa. Se le diagnostico de contractura cervical y recibio distintos tratamientos, todos sin exito. Como antecedentes personales destacaba un viaje a Egipto en la semana previa al inicio cuadro. En la exploracion fisica destacaba una posicion anomala y forzada de la cabeza, ladeada hacia el lado derecho con elevacion del hombro del mismo lado. El paciente no colaboraba en la exploracion neurologica, presentaba una ligera dismetria solo de manos, con cierta inestabilidad en la marcha pero sin ataxia. En la urgencia se decide realizar tomografia computarizada (TC) craneal y analitica sanguinea que fueron normales. Durante su ingreso se observaron ciertas actitudes que llamaban la atencion como no colaborar en la exploracion, la posicion cambiaba cuando el nino estaba solo, llegando casi a normalizarse durante el sueno. Con la sospecha de que pudiera tratarse de un cuadro psicosomatico indagamos en la historia clinica, encontrando muchos factores estresantes al que el nino no queria, ni creia, poder enfrentarse: pubertad y cambio, regreso del viaje a Egipto, accidente de trafico de primo cercano, exigencia familiar, sobrecarga extraescolar, situacion de examen, situacion conflictiva con su grupo de amigos del colegio con absentismo escolar de 4 semanas, problemas de conciliacion del sueno, rechazo parental de la etiologia no organica. No obstante, por la presion parental y las dudas medicas, que siempre existen, se le realizo una exploracion bajo sedacion y una resonancia magnetica (RM) craneomedular que fueron normales. El nino fue dado de alta con el diagnostico de trastorno conversivo. Al cuarto dia tras el alta el paciente vuelve a la consulta con una postura normal, la cual cedio tras volver al colegio y verse aceptado por sus companeros y al haber realizado, aunque no superado, las pruebas de seleccion para jugar en un equipo de futbol. Conclusiones 1) La patologia psicosomatica en el adolescente es muy frecuente; los pediatras debemos conocerla y saberla manejar. 2) Ante un paciente adolescente, es fundamental conocer su situacion social, sus miedos y preocupaciones, ofreciendo nuestro apoyo como medicos durante la pubertad, un momento de cambios y dudas. 3) Ante un adolescente con una historia clinica incongruente debemos sospechar una patologia psicosomatica e intentar no realizar pruebas complementarias innecesarias que pueden causar iatrogenia e incluso reforzar la sintomatologia. 4) Nuestro objetivo debe ser encontrar ese equilibrio, aunque hoy en dia esto resulta dificil debido a la enorme presion externa, que obliga en ocasiones a ejercer una medicina defensiva.
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