EXTINGUIR DIFERENCIAS; TRANS-FORMAR-NOS

Alguien o muchas personas tratan de enga?arnos en las formas del espec t?culo tradicional. El cine, la tele visi?n, los deportes, el teatro, todas estas formas de expresi?n cultural tan cercanas a nosotros, ?no resultan, de pronto, insulsas, faltas de imagina ci?n, est?riles en lo que se refiere a la manifestaci?n de las caracter?sticas de una ?poca, faltas de originali dad, insuficientes, al compararlas con la experiencia que implica ob servar y contemplar a miles de j? venes que hoy se desplazan por las calles y las carreteras, al comparar las con los viajes fuera de la atm?s fera, con los autos en los viaductos, con los esfuerzos que realizan los tra bajadores en las enormes f?bricas, las construcciones, las v?as de fe rrocarril, con la danza precisa y as?p tica de los m?dicos e investigadores en los hospitales y laboratorios? Hoy en d?a los g?neros art?sticos que ayudan a configurar o pretenden al canzar el nivel de espect?culo deben incluir, con los ingredientes est?ticos y las actitudes creativas que preci san, esa dimensi?n total, esa visi?n de autenticidad y arrobamiento que sacude al observador de la vida co tidiana en el campo, la ciudad, el mar y ei espacio. Al creador ya no le es permitido inventar un artificio que permanezca por debajo de los ele mentos visuales, ling??sticos, pl?sti cos y sensoriales que la realidad ofrece sin exigencias. El espectador debe experimentar y tomar parte del "sacudimiento", de la misma mane ra que en los respectivos campos de todos los g?neros art?sticos se obli ga al p?blico a participar cada vez en mayor medida en la creaci?n de las formas, a buscar, junto con el creador, los caminos del arte que ca