Notas sobre el Desarrollo de la Literatura Hispanoamericana desde 1916

Esta manera de comprender la poesia, claro estai que no la inventamos nosotros los hispanoamericanos sino que la imitamos directamente de otras literaturas, o de la nuestra peninsular ya que nuestros maestros fueron Quevedo, G6ngora, B6cquer, o Gautier, Verlaine, y Baudelaire. ?Pero c6mo se imita? Aqui estai el problema. Y aqui estai mi respuesta a todos los inocentes y torpes que andan por ahi diciendo que Dario era un poeta sin originalidad. La originalidad no consiste en tener seis dedos en cada mano sino en lo que se puede hacer con esos dedos; no en tener un vocabulario extraordinariamente rico sino en lo que se puede decir con ese vocabulario. El poeta mejor dotado imitari mejor, igualari al maestro y amn podri superarle. Asi se desarroll6 el genio de Ruben Dario. Y asi se transmite el aliento de un creador a otro, con todos los elementos formativos, grandes y pequefios, externos e internos. "El primer poeta de nuestra lengua que, en los verdes afios de la adolescencia, cuando se posee intacta la sensibilidad para la lirica, yo lei y admire con entusiasmo fue Rub6n Dario. Mucha agua, oleadas desbordantes de lecturas heterog6neas, han pasado bajo el puente de los aiios en la vida de un escritor y Ruben Dario sigue siendo uno de los contados poetas al que vuelvo sin desencanto ni fatiga. Desde los cincuenta afios transcurridos tras su muerte (1916), hasta 1967, en que se cumple un siglo de su nacimiento, el rostro de la poesia ha mudado de piel numerosas veces. Pero hay algo, un pigmento peculiarismo, alguna celula inmutable en el rostro del "indio divino" (Ortega dixit) que soporta impividamente saltos del gusto y metamorfosis estiticas" (Guillermo de Torre). Pero un estilo no dura mas que una generaci6n, por generoso que sea. Toda la gracia del modernismo, que los criticos barbaros y tartamudos hoy denuncian como superficial y afeminada, empez6 a dejar indiferentes a los lectores de 1917.