Georges Haldas: El escriba sentado

La obra de Georges Haldas se resume en la insistencia del acceso al otro, a su generosidad, que por si sola despierta el deseo de dar testimonio. El sacrificio de un «yo» egotico, definido psicologica y socialmente, es la condicion misma que nos permite experimentar el «estado de poesia», ese crecimiento del ser que lleva en si la necesidad de ser contado. Su escritura sera testigo de la parte fragil de la humanidad que salva de las garras del nihilismo. George Haldas, el «escriba sentado», se pondra, en sus Poemes y sus Chroniques, al servicio del murmullo de la fuente, en el valle de la carniceria. «El gran arbol del hombre» o, si se quiere, la relacion, sera el antidoto del estado de crimen que representa el desierto social de la mercantilizacion de lo humano. Sin embargo, no se trata de una proclamacion, sino una confidencia de lo esencial. Humanizar al ser humano sigue siendo la tarea, la unica tarea.