Ser “profesor de filosofía” acerca de una práctica y sus sentidos
2015
En el siguiente escrito se pretende reflexionar sobre algunos problemas en relacion con la ensenanza de la filosofia, y su emergencia en la situacion de residencia. Entre ellos las tensiones entre la practica filosofica y la practica de la ensenanza; la normalizacion y la emancipacion. Esto involucra una cuestion tanto filosofica como politica en tanto refiere simultaneamente a la idea de filosofia desde la que se piensa, el ideal de sujetos que atraviesa la formacion y el tipo de subjetividad que se construye al interior de determinadas practicas, asi como a la consiguiente complejidad de las relaciones entre sujeto y estado. A partir de esto caben algunas preguntas fundamentales: ?Como ensenar filosofia desde una perspectiva que no diluya el potencial critico de la disciplina y lo convierta en un mero aparato ideologico?, ?Como pensar la funcion docente? ?Que debe hacer un docente de filosofia? ?Ensenar a pensar criticamente? ?Reconstruir la serie de problemas que historicamente caracterizan el corpus disciplinar? En este sentido senalaremos que interesa no solo que se ensena bajo el nombre de filosofia sino que practicas politicas devienen de tal ensenanza. Ensenar filosofia es una tarea que suele presentarse con algunos problemas peculiares, mas alla de las cuestiones que implican a todo profesional de la ensenanza. Basta ver la expresion de asombro en el rostro de un estudiante cuando interroga sobre nuestro “oficio”. Por lo pronto, no resulta comun que los terminos “oficio” y “filosofia” se configuren en forma compartida. El analisis de un viejo articulo de Eco permite poner en tension algunas de las representaciones que circulan con mayor frecuencia: la filosofia como una actividad ociosa, para aficionados, frente a un oficio, el oficio de pensar, que no solo se logra por las acreditaciones que certifican tal titulacion o por la mera referencia a otros filosofos, sino, arguye, que este oficio se juega en la puesta en cuestion de practicas diversas y cotidianas, puesta en juego del pensar que se realiza en cualquier espacio y tiempo disponible, que revisa el pensamiento de otros para discutir con ellos, entre otras cuestiones. Sin embargo, Eco no deja de presentar una de las tensiones que atraviesan la practica de la ensenanza de la filosofia de modo paradojico: ... se puede ser filosofo, es decir un pensador, aun cuando se este condenado a ser profesor de filosofia (Eco, 1987) Este a pesar, sin embargo, empero, devuelve la pregunta con otras resonancias. ?Se puede ser filosofo sin ensenar a nadie? ?Es posible emprender este oficio sin pretender hacer filosofia? ?Como se hace filosofia? Tampoco son pocas las dificultades que se le presentan al residente a la hora de comenzar a “pensarse” en el lugar del profesor. De eso trata el presente texto. De instalarse en algunas problematicas que pretendemos poner en tension a la hora de pensar la ensenanza de la filosofia.
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